¿Por qué es imposible predecir el mercado?

Probablemente has oído alguna vez el dicho «compra con el rumor y vende con la noticia». Es decir, la tendencia a que los accionistas hagan subir una compañía en bolsa comprando al escuchar rumores o tener expectativas buenas y vender cuando los estados financieros trimestrales se publican, incluso si han habido buenas noticias.

¿Por qué pasa esto?

Determinar el valor de una acción que cotiza es una combinación de arte y ciencia. En la industria gastamos miles de millones de euros cada año en intentar predecir el precio de las compañías y así posicionarnos antes que el resto.

La mayoría de los métodos usados se basan en aplicar descuentos de flujo de caja y otros modelos tradicionales. Modelos que a menudo fracasan porque no se tiene en cuenta que el mercado y la economía son sistemas caóticos de nivel 2: El resultado es consecuencia de las predicciones e interacciones con el propio sistema.

Fuente: https://www.starcapital.de/en/research/analysts-forecasting/

Con independencia de que la empresa que se esté estudiando lo pueda hacer mejor o peor, hay otros factores exógenos que afectan:

  1. Performance del resto de compañías comparables. Puede que la compañía lo haga bien pero al mismo tiempo peor que otras muchas competidoras que el inversor puede simplemente desconocer.
  2. Política monetaria: cambios en tipos de interés totalmente imprevistos o inyecciones masivas de liquidez en el mercado.
  3. Moneda en la que cotice esa compañía respecto a la moneda con la que se compra. Puede que tengas una rentabilidad de la compañía positiva pero no lo suficiente como para compensar una pérdida de valor de la divisa en la que cotiza.
  4. Lo más importante: lo que piensen el resto de otros players del mercado (accionistas o potenciales accionistas de la misma compañía que tú).

Puede tu tesis de inversión sea correcta, pero el mercado puede permanecer más tiempo irracional que tu solvente.

Estos factores incontrolables hacen que predecir el mercado o de un activo sea imposible.

Si tu asesor financiero te modifica la cartera, en base a «lo que se espera» en los próximas semanas o meses, huye.

Sin embargo, si la compañía lo hace bien el precio subirá en bolsa porque, pasado un tiempo, más dinero e inversores comprarán las acciones en búsqueda de rentabilidad.

Por los motivos anteriores la inversión en capital de compañías cotizadas (renta variable o bolsa) no debe dirigirse nunca hacia objetivos de corto plazo. Operar a corto plazo es una lotería. Ni los profesionales con miles de millones de recursos lo consiguen.

Pero sin duda es el mejor vehículo para invertir el ahorro con vocación de largo plazo y por tanto debe estar incluido en cualquier planificación financiera de cualquier cliente con horizonte de varios años vista.

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