En inversión, si esperas a las buenas noticias, ya has hecho tarde.

Quien no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera.

Cuando reina el típico miedo de los mercados bajistas muchos inversores bien asesorados saben que es el momento de aprovechar la oportunidad.

Así pues, los datos demuestran que tras ajustes como el vivido en 2022 prosiguen ciclos de fuerte crecimiento para los mercados.

Ahora bien, la pregunta que se plantea el inversor es la de siempre: «¿Cuándo acabarán las caídas y por tanto será el mejor momento para invertir toda mi liquidez?»

Nadie tiene respuesta a esa pregunta porque el mercado está compuesto por humanos que toman decisiones, y los humanos se comportan de forma impredecible e irracional, como ya demostró Daniel Kahneman en 2002.

Ahora bien, los mejores precios para comprar siempre coinciden con las peores noticias, los peores datos macro y las peores sensaciones de los inversores.

«Paradójicamente, cuando la incertidumbre se diluye y la opinión de la economía es buena, la inversión es más arriesgada. Se obvian los riesgos, las acciones descuentan un ambicioso crecimiento, y escasea el margen de seguridad» explicaba sabiamente Mauro Vidal.

Te lo enseño con datos de informes de JP Morgan.

La bolsa (S&P500) toca suelo antes de que: 

1. Toquen suelo sus beneficios por acción (Earnings)
2. Toquen suelo los despidos (Payrolls)
3. Toque suelo el crecimiento de PIB (GDP) 

Podemos llegar a la misma conclusión analizando el comportamiento del mercado frente a la producción industrial, que es un indicador macro bastante preciso para medir la situación de la economía real.

La bolsa hace suelo, de media, 6 meses antes de que lo haga la producción industrial.

Hemos visto este comportamiento una y otra vez, y seguirá pasando de esta forma porque la bolsa descuenta escenarios macroeconómicos futuros.

Cuando las cosas «mejoren», ya es demasiado tarde. Por ejemplo, cuando se anunció la primera vacuna del Covid, el mercado ya se había recuperado un 82%.

Por este motivo es tan importante mantenerse disciplinado con la siguiente filosofía:

Siempre invertido, siempre invirtiendo.

Tratar de predecir el momento exacto en el que va a hacer suelo el mercado es un ejercicio peligroso e inútil que puede tener un altísimo coste de oportunidad a largo plazo.

Lo explico con un ejemplo.

Imagina dos inversores que recibieron una herencia de 1 millón de dólares hace 30 años y decidieron invertirlo en bolsa para su jubilación.

Uno de los inversores se mantiene invertido desde entonces y deja componer el capital año tras año.

El otro inversor sale de la bolsa hacia renta fija cada vez que hay turbulencias y se siente incómodo, es decir, cada vez que el mercado cae un 10%. Este mismo inversor decide volver a invertir cuando la bolsa ya lleva tres trimestres consecutivos subiendo, dicho coloquialmente, cuando la cosa ya «pinta mejor».

La diferencia patrimonial a largo plazo es bestial:


Recuerda: En los momentos de dudas y de miedos son siempre los momentos en que hay que hacer más esfuerzo por estar invertido o, incluso, usar la liquidez en cuenta para hacer aportaciones adicionales a las inversiones de medio y largo plazo.

Si tienes dudas sobre cómo implementar una estrategia racional de aproximación a los mercados que genere resultados contáctame, quizá pueda ayudarte o ponerte en contacto con alguien que lo haga.

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