Estimad@,
En los últimos días desayunamos, comemos y cenamos con un nuevo término: CORONAVIRUS.
Un nuevo tipo de gripe que hasta la fecha no se conocía y qué gracias a nuestros siempre sensacionalistas medios de comunicación, parece que se ha vuelto a convertir en una nueva pandemia que todo lo diezmará.
El nerviosismo infundado de algunos se ha trasladado (como no podía ser de otro modo) a los mercados financieros, que estos días fluctúan con intensidad.
Poniendo las cosas en su sitio y siempre con el sentido común como guía, algún dato:
- En 2018 hubieron 800.000 casos de gripe común en España. 52.000 personas fueron ingresadas y 15.000 fallecieron.
- Por su parte el 98% de los infectados por Coronavirus se recupera y aquellas personas que no lo superan presentaban patologías de base previamente al momento de la infección.
Sin ánimo de trivializar (no es una cosa agradable), es evidente que el grado de alarmismo es desproporcionado y producirá efectos negativos en ahorradores e inversores mal asesorados que se dejarán arrastrar por los miedos irracionales del momento.
La historia de los mercados está llena de momentos como este. Basta echar un vistazo a esta imagen para recordarlo.
Todos estos acontecimientos “sacudieron” durante un mayor o menor tiempo los mercados y luego pasaron de largo. Por ejemplo, con el virus SARS el mercado corrigió un 10% y luego subió un 36%.
El progreso económico global nunca se detiene.
Este gráfico representa muy bien este concepto:
Puede que la corrección sea más prolongada y profunda si se produce “efecto manada”, debido a comportamientos irracionales de inversores asustados por la repercusión mediática y mal asesorados. Sin embargo, es seguro que tarde o temprano las cosas volverán a su cauce normal.
Vale la pena releer este artículo publicado en 2016 y que sigue plenamente vigente hoy en día:
Seis momentos en los que el mundo pareció pararse… y no fue así
Hoy ya nadie se acuerda de Grecia, China, el petróleo, la crisis de los emergentes, el Ébola, e incluso, el Brexit.
Una vez más, esta vuelve a ser otra oportunidad para aprovechar invirtiendo a medio/largo plazo con estrategia y método si disponemos de la liquidez para hacerlo. En caso contrario, lo mejor es no hacer absolutamente nada y mantenerse invertido. Esto resulta antiintuitivo porque, evolutivamente, el ser humano tiende a actuar cuando siente miedo. Pero sabemos que la inactividad en los mercados funciona y es rentable.
Me tienes a tu lado para comentar cualquier cosa que te interese y ayudarte a tomar, siempre juntos, las mejores decisiones de inversión.
Un fuerte abrazo
Nacho